¿Estás
satisfecha?
La niña
tenía la bolsa llena de chuches, y se disponía a volver junto a su
familia cuando algo llamó su atención, una casa al final del
vecindario que nunca antes había visto. Decidió acercarse a por
las últimas golosinas antes de regresar.
“Ding-dong”-sonó
el timbre. Una viejecita de amplia sonrisa y ojos saltones abrió la
puerta.
-Hola,
niñita bonita. ¿Quieres chuches?
-Sí,
gracias, señora.
Conforme
la niña se echaba caramelos la mujer sonreía más y más, y los
ojos se volvían cada vez más saltones.
¿Estás
satisfecha?-dijo la anciana y entonces, de repente, sus dientes
comenzaron a alargarse y a afilarse, al tiempo que se relamía,
¡¡pues yo, no!!-gritó. Agarró a la niña y la metió dentro de
la casa, cerrando la puerta.
Lo
único que encontraron de aquella chiquilla fue su disfraz y la bolsa
de chuches desparramada en mitad de la calle, con un cartel que
decía: ¡¡¿estás satisfecha?!!
Lucía
Castro
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